domingo, 23 de diciembre de 2007

El Principito... un libro para niños (?)

[Extraído de un artículo publicado en leergratis.com]

Un libro para niños…

Esa es la etiqueta que se le ha puesto al Principito. Tendríamos que preguntarnos si realmente es ‘un libro para niños’ y más aun, ‘¿qué es un libro para niños?’ o ‘¿dónde empieza el limite que señala que un libro sea para niños o para adultos?’

[...]

El Principito

En mi opinión, el Principito es otro más de esos libros que viven bajo la denominación de ‘libros infantiles’ (por mencionar a otros compañeros del mismo lote: Alicia en el País de las Maravillas, Alicia a través del Espejo o Los viajes de Gulliver, entre muchos más) y que, en realidad, gustan a los niños, pero que también gustan a los adultos. Es más, si lo leemos, en diferentes épocas de nuestras vidas, lo que veamos en ellos, será también diferente.

Cuando leemos el cuento a los niños más pequeños, probablemente, no entiendan mucho del mensaje filosófico que guarda, pero les va a encantar el mismo Principito, y la rosa y el viaje por las estrellas y el encuentro con el zorro (no sé si les gustará tanto la sibilante serpiente, pero hay para todos los gustos).

No obstante, es a partir de la adolescencia cuando empezamos a vislumbrar qué significa el Principito, cuál es su mensaje o sus mensajes, porque esta novelita es una de esas obras de las que se puede decir que hay tantas lecturas como lectores.

Pero, ¿qué pasa en el Principito? Saint-Exupéry nos cuenta qué le pasó una vez que se perdió en el desierto del Sahara. Su avión había quedado averiado y él intentaba arreglarlo cuando de la nada apareció un jovencito, pidiéndole que le dibujara un cordero, un cordero que no pareciera enfermo, ni que fuera un carnero, él sólo quería tener el dibujo de un cordero. Se inicia entonces una amistad algo singular.

El jovencito resultará ser el Principe del asteroide B612, señor de tres volcanes (uno de ellos extinguido) y de una rosa (o ¿son los tres volcanes y la rosa los señores del principito?).

[...]

El pequeño príncipe busca algo que no sabe muy bien qué es y que, en realidad, es él mismo. Porque ese es uno de los temas primordiales de este librito: el viaje como autoconocimiento, como búsqueda del propio yo, pero también habla de la amistad, de la vida, del amor.

Y no quiero dejar a un lado un tema que preocupa algo en el Principito, aunque sea de forma rápida, me refiero al suicidio, porque el niño se deja morder por la vibora para volver a su planeta, o para huir de éste. Hay quien dice que Saint-Exupéry hace, de alguna manera, un elogio al suicidio. Pero, leamos bien, el Principito no espera el final de su vida tras la picadura, el Principito espera regresar a su estrella, para contemplar la flor que dejó allí, esperándolo. Su flor, su rosa, de la que él es responsable único y absoluto y sin él, ella no puede vivir, por esto, necesita volver junto a ella, por esto se deja picar por la serpiente.

Esperemos que el cordero no se haya querido comer a la flor, que se haya conformado con los baobabs. Seguramente, el principito le cuente una y otra vez a su rosa qué ha visto en sus viajes y ambos se rían de cuán extraños son los que viven fuera del asteroide B612.

El principito cerrará los ojos, mirará con el corazón y recordará que lo esencial es invisible para los ojos.

Inmaculada Manzanares

[Para leer el texto íntegro de esta reseña pulsen en el siguiente enlace: leergratis.com.]


miércoles, 28 de noviembre de 2007

El Principito

Nuestra próxima lectura es, ni más ni menos, El Principito de Antoine de Saint Exupéry.
Así pues las próximas semanas hablaremos de este libro y plasmaremos aquí algunas de nuestras reflexiones. Por lo pronto dejamos aquí un par de películas sobre esta genial obra.




miércoles, 3 de octubre de 2007

Un toque de humor

¿No se habrá excedido Athena un pelín vendiendo terrenos en Dubai?

Avanzando con Athena

Esta semana hemos avanzado en la lectura del libro "La bruja de Portobello". Hemos sobrepasado ya al ecuador de esta novela de Paulo Coelho y algunos de los temas sobre los que reflexionábamos más abajo, al inicio de nuestra lectura, empiezan a tener un nuevo sentido. En nuestro debate de ayer algunas posturas se moderaron, acercándose las que parecían estar en extremos más opuestos, en otros casos la visión sobre distintos aspectos del libro (personaje, temas, técnicas literarias, etc.) seguía siendo la misma que en nuestros debates precedentes.



[Artículo en redacción. Seguiré escribiendo en breve pero, entre tanto, os agradecería que dejárais vuestros comentarios e impresiones especialmente sobre esta parte concreta del libro]

Imágenes: Arriba izquierda: Sibiu, Transilvania (Rumanía)
Sobre estas líneas, derecha: Dubai (Emiratos Árabes Unidos)

jueves, 27 de septiembre de 2007

Primeros pasos con "La bruja de Portobello"

Para nuestra primera cita con la novela La bruja de Portobello habíamos decidido leer sólo los 9 primeros capítulos. Es sólo el principio, en el que se esbozan los personajes y empezamos a conocer la figura de Athena a través del relato de ciertas personas que la conocieron. Esta forma de acercarse a un personaje, transversalmente, a través de la opinión que otros tenían de él -en este caso de "ella", Athena- y de los recuerdos que en otros ha dejado, tiene el inconveniente de que nos quepa la duda de si la estamos conociendo realmente o sólo conocemos el reflejo que dejó en el prisma con que cada uno la miró.
Tendremos que avanzar más en la lectura para conocer más visiones de Athena y así poder reconstruir su imagen como si de un puzle se tratara.
En nuestro primer debate sobre esta novela algunas coincidieron en que esta forma de estructurar la obra es uno de los principales aciertos de Paulo Coelho. Aparte de esto hay que decir que entre nosotras se estableció una fuerte división de opiniones entre las que ven en Athena a una mujer muy especial, con una halo de misticismo, y quienes ven en ella simplemente a una mujer capaz de todo por encontrar su propio "camino" aunque para ello tenga que actuar egoistamente.
Son aún pocas las páginas que hemos leído. Cuando avancemos más por la senda de la lectura quizá todas encontremos a esa Athena que ha sido capaz de seducir a miles de lectores en todo el mundo. Por el momento, hay que admitir que no es así.

[Véase en "comentarios" de esta entrada una muy interesante aportación de Inma-Moira.]

miércoles, 26 de septiembre de 2007

viernes, 21 de septiembre de 2007

Primera lectura de la temporada

El procedimiento de selección de los títulos que leemos en nuestro club de lectura es sencillo: previamente hemos elaborado una lista de unos 40 títulos con las sugerencias de todas las miembros del club, de esa lista se elige por sorteo el título que vamos a leer en cada ocasión.

Por este procedimiento el azar ha querido que nuestra primera lectura en esta temporada sea "La bruja de Portobello" de Paulo Coelho. En breve empezaremos a dejar aquí alguna de nuestras opiniones sobre este libro.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Cena "pastelera" con Ana Karenina

Como ya se ha comentado más abajo, el Club de Lectura la Travesía había decidido leer durante las vacaciones de agosto, junto a "Delicioso suicidio en grupo", la novela de Gloria Goldreich "Cena con Ana Karenina". Esta novela nos llamó especialmente la atención por tratarse de una historia de 6 mujeres que forman un Club de lectura. Quisimos conocer cómo funcionaba ese Club de lectura y si podíamos establecer alguna relación con el nuestro. La respuesta es negativa. Nuestro Club es un club de lectura formado por personas que aman leer y desean compartir sus impresiones con otras personas. Da la causalidad de que estas "personas" somos mujeres, pero el nuestro no es un club de lecturas de mujeres, sino un Club de lectura integrado por mujeres, lo que no es lo mismo.
Pero pasemos ya al análisis concreto de esta obra de Gloria Goldreich.
Se trata de una novela para pasar el rato, apropiada para una siesta vespertina en un caluroso mes de agosto, pero de la que se deben abstener lectores (o lectoras) exigentes. Pertenece a ese tipo de obras concebidas expresamente para ser leídas por mujeres y para dar -supuestamente- satisfacción a mujeres (más en particular a cierto tipo de mujeres). No obstante, de todas las miembros de nuestro Club sólo 2 se manifestaron satisfechas realmente con su lectura.
Se trata de una historia con personajes irreales y que, aunque tienen problemas con los que muchas mujeres pueden sentirse identificadas, su reacción ante ellos es exagerada y melodramática.
Las protagonistas son mujeres burguesas, con comportamientos más o menos liberales pero sobre las que la autora impone una impronta muy conservadora e incluso, en ocasiones, bastante sexista. El hombre ideal esbozado en la novela es aquel que "cuida" y "protege" a su compañera, no el que comparte y apoya. Las mujeres sólo alcanzan la felicidad cuando encuentran este compañero ideal o cuando se reconcilian con su papel de esposa amantísima. En un único caso, un personaje se "libra" de este "happy end": Donna, la que representaba el papel más libre como mujer, siendo independiente y manteniendo una relación con dos hombres al mismo tiempo, acaba marchándose sola a Washington, pero en este gesto hay implícito un arrepentimiento por haber vivido como hasta ese momento, reconoce que lo hizo sólo para cumplir la voluntad de su madre que nunca pudo ser libre, pero ella añora poder entablar otro tipo de "vínculos" y poder entregarse a alguien de verdad.
El eje argumental de toda la novela es el hecho de que una de las miembros del Club, Cynthia (rica, guapa, triunfadora... admirada y envidiada por todas las demás), se divorcia inesperadamente de su marido (también rico, guapo y triunfador). La autora hace que en la página 17 de la novela Cynthia dé a conocer esta noticia en un tono tal que forzosamente ha de provocar la curiosidad y los cotilleos entre las demás miembros del Club.
A la mayoría de nosotras este modo de infundir la intriga le ha resultado muy "facilón" y obvio. A partir de ese momento todo el argumento de la novela gira en torno a qué motivo ha podido ser la causa de tan inexplicable separación. Todas las amigas (hay que entrecomillar esta palabra porque nosotras dudamos de que en realidad haya entre ellas una real amistad) se dedican a elucubrar sobre este hecho. Se llaman por teléfono, se citan para comer, todo para informarse o ponerse al tanto de las últimas teorías al respecto.
A parte de esto, las seis mujeres protagonistas tienen, más allá de otras cuestiones, un punto en común: una infancia desgraciada, una relación conflictiva con sus padres o alguna otra frustración heredada de éstos.
De fondo de todo este "culebrón" se encuentra el club de lectura. Leen libros en los que siempre las mujeres son las protagonistas: adulteras, víctimas, valientes, luchadoras, aburguesadas... pero siempre mujeres. Véase la lista de libros leídos en el espacio de un año por ese Club:
Ana Karenina de León Tolstói
Madame Bobary de Gustave Flaubert
El arrecife y Las cartas a Morton Fullerton de Edith Wharton
La lotería de Shirley Jackson
Leer Lolita en Teherán de Azar Nafisi y Lolita de Vladimir Nabokov
Ariel y La campana de cristal de Sylvia Plath
Mujercitas de Louisa May Alcott
Por otro lado, no son tanto las obras sino sus autores los que son principal objeto de interés de las protagonistas de esta novela. Se comentan sus biografías como si fueran personas conocidas realmente por ellas. Es otro modo de "cotillear" con la excusa de un club literario.
No obstante la novela tiene momentos y párrafos acertados, se deja leer fácilmente y es recomendable para las (o los) amantes de la literatura romántica.
Quien lea esta novela esperándose simplemente un "pastelón" verá sus expectativas superadas, pues se trata en el fondo de un "pastelón" aunque "con clase". Pero quien se deje llevar por la promesa de una novela sobre el amor a la literatura se quedará inexorablemente con la miel en los labios.

Marua

sábado, 15 de septiembre de 2007

Conclusiones sobre "Delicioso suicidio en grupo"

El martes 11 de septiembre tuvo lugar la primera reunión de nuestro Club de lectura tras el paréntesis veraniego. En primer lugar hay que señalar la incorporación de dos nuevas socias al club y una importante novedad en cuanto a la sede de nuestros encuentros. El ayuntamiento de La Zubia nos ha cedido generosamente uno de sus locales para que podamos celebrar nuestras sesiones semanales.
Tras la puesta al día y la información sobre estas novedades, nos dedicamos de pleno a sumergirnos en el mundo de Arto Paasilinna y a comentar su novela "Delicioso suicidio en grupo" que habíamos acordado leer durante estas vacaciones de agosto.
El contenido de nuestros debates sobre esta novela se puede resumir en que una mayoría disfrutó con la ironía y el sarcasmo nórdicos mientras a una minoría el frío finlandés la dejó así... fría.
Sería muy largo hacer aquí un balance completo de todos los aspectos que se comentaron.
En primer lugar Inma-Moira nos hizo una presentación sobre el autor, muy conocido en Finlandia y que poco a poco se va haciendo un hueco en el panorama internacional. (Véase más abajo información sobre su biografía y su obra).
Por lo que respecta a los distintos personajes que conforman el "protagonista coral" de esta historia, a la mayoría le pareció que Paasilinna había sabido crear muy bien "personajes tipo", figuras, en ocasiones estereotipadas, que representan distintos sectores socio-económicos de Finlandia como de la mayoría de los países de nuestro entorno.
Se destacó cómo el amor y la amistad pueden ser un revulsivo contra la depresión y el motor que mueve a la vida. La soledad, la incomunicación y otras "enfermedades del alma" eran las principales causas de la desesperación de los personajes, más que ninguna otra circunstancia. Subsanadas tales carencias las ganas de vivir, el disfrute de los diversos placeres de la vida, volvieron a llenar sus corazones.
La falta de comunicación es evidente en muchos personajes. En el seminario de suicidas una granjera declara que
"era la primera vez que se le presentaba la oportunidad de intercambiar libremente sus pensamientos con otras personas y, además, en un ambiente tolerante. Dijo sentirse como antaño, cuando aún era una joven soltera. Hasta se le había ocurrido que, a lo mejor, no hacía falta matarse".

La novela resulta una apología de la vida, de la belleza del mundo que nos rodea y de la importancia de cuidar las relaciones interpersonales para poder soportar los diversos avatares que la vida nos depara.
Es así mismo una crítica burlona (y en ocasiones agria) de los vicios de los finlandeses y de la sociedad capitalista en general.
Pone también en evidencia la flaqueza de las "firmes convicciones" humanas. De un grupo de 33 personas "firmemente" dispuestas a suicidarse, sólo 2 acaban muertos, de los cuales: uno (Mikko Heikkinen, el "capitán en dique seco") más por un accidente motivado por su gran "afición" al alcohol (otra crítica a los hábitos finlandeses) que por verdadero acto de suicidio y el otro, Uula Lismanki, en realidad tampoco muere, sino que cambia de identidad y sigue disfrutando (quizá más que nunca) de la vida. Esta flaqueza en la voluntad de suicidarse se pone de manifiesto desde el primer capítulo en un sinfín de detalles, por ejemplo cuando el coronel brinda en el seminario de suicidas, en el capítulo 7, dice: "Salud y larga vida". Y eso dirigiéndose a personas que están tramando acabar con su vida. Más ironía imposible.
Otra de las habilidades de Paasilinna junto a la creación de tipos literarios y de ambientes narrativos, así como su capacidad para describir los paisajes y la naturaleza (especialmente las de Finlandia), es la de llevar su lenguaje desde lo más lírico hasta lo más sarcástico, pasando por unos toques de fino humor nórdico. Crea continuamente epítetos y apodos para cada uno de los personajes (se refiere a ellos por su oficio real o exagerado, "el director de circo", "el capitán en dique seco", "el camarero por horas", etc.), el autobús en el que viajan es llamado (por derivación del nombre de la compañía de autobuses de Korpela "La Veloz, S.A.) "La muerte veloz", se refiere al grupo como "esos desgraciados", los "suicidas anónimos", el optimista Sorjonen es un "aguatragedias", etc.
La conclusión final es la de que esta es una novela muy recomendable: disfrutaremos de un fino sentido del humor, de la genialidad de su autor en la construcción de personajes y en la descripción de los paisajes y viajaremos, junto a estos candidatos a suicidas, a través de toda Europa, mientras beben, organizan banquetes, disfrutan de saunas, bailes, etc. se enamoran y encuentran un sentido a sus vidas.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Guía para leer "Delicioso suicidio en grupo"

A lo ya dicho sobre la biografía y la obra de Arto Paasilinna vamos a añadir ahora algunos datos más concretos sobre esta obra que podrán facilitar la lectura a quienes se decidan sumergirse en ella.

Contexto histórico y geográfico

Delicioso suicidio en grupo (en el original: Hurmaava joukkoitsemurha) fue editado por primera vez en 1990 de modo que algunas de las referencias políticas y sociales pueden resultarnos chocantes si no tenemos en cuenta este dato. Hay que tener pues en cuenta que la novela fue redactada antes de que en 1991 la Unión Soviética se disolviera lo que provocaría un importante cambio en la situación geopolítica de Finlandia, dejando sin efecto los compromisos políticos que este país había contraído con la URSS después de la 2ª Guerra Mundial. Es pues en el marco aún de esas relaciones con la Unión Soviética y en un contexto socioeconómico muy distinto al actual en el que se desarrolla la novela de Paasilinna.
En cuanto al contexto geográfico os recomiendo que leáis esta novela con un buen atlas a mano pues, entre otros alicientes este libro tiene el de descubrirnos la grandeza de la naturaleza y los paisajes de Finlandia. A bordo de "La muerte veloz" los candidatos a suicidas recorren todas las provincias desde la Finlandia Meridional hasta la Laponia, moviéndose a veces en zig-zag entre ellas. Después de saltar la frontera noruega y llegar hasta el Cabo Norte, el grupo cruza toda Europa (Suecia -> Alemania -> Francia -> Suiza...) hasta Portugal.
[En una próxima entrada os facilitaremos más información sobre el itinerario seguido]

Personajes
A continuación podéis leer el listado de personajes de esta obra de protagonismo coral. Os ofrezco una muy breve información sobre cada uno y omito cual es su final en la novela por si lee estas líneas alguien que aún no lo conozca:

  • Onni Rellonen: hombre de negocios en bancarrota, con un matrimonio en crisis crónica.


  • Coronel Hermanni Kemppainen: recientemente enviudado. Dirige la expedición suicida.


  • Helena Puusaari: jefa de estudios en Toijala. Lleva 10 años divorciada. Es víctima de todo tipo de rumores en Toijala. Se la describe como una mujer atractiva: “Alta, pelirroja y llevaba gafas”.
  • Un joven de Kotka (Jari Kalevi Kosunen): Sugiere un sistema de suicidio colectivo en globos aerostáticos. Es el primer suicida muerto del grupo (como esto sucede al principio de la novela no creo desvelar nada básico por contarlo).
  • Uula Lismanki, criador de renos del distrito lapón de Kaldoaivi, en Utsjoki. Les acompaña pero sin ánimo de suicidarse. Resulta ser el autor de un robo.
  • Seppo Sorjonen, camarero por horas, natural de Carelia del Norte. Se apunta al viaje con la intención de infundir ganas de vivir a los suicidas.
  • Jarl Hautala, ingeniero jubilado de la administración de Obras Públicas: “un viejo con gafas y una blanca barba de chivo”. Padece un cáncer incurable.
  • Hannes Jokinen, natural de Pori, pintor de brocha gorda.
  • Jarmo Korvanen, cabo furiel en la reserva.
  • Rauno Korpela, transportista. Pone su autobús recientemente adquirido al servicio de los suicidas para "ejecutar" con él su macabro plan. No quiere contar sus motivos para morir.
  • Elsa Taavitsainen: profesora de economía doméstica. Es cruelmente maltratada por su marido.
  • Mikko Heikkinen, armador de Saimaa, “capitán en dique seco”. Es de los más convencidos para morir.
  • Ensio Häkkinen, trabajador de una fábrica, sindicalista, estalinista.
  • Sakari Piippo, “director de circo”.
  • Tenho Utriainen, 40 años antiguo funcionario de ferrocarriles.
  • Vesa Heijura, 35 años, inválido, tenía los pulmones destrozados.
  • Jaakko Lämsä, 28 años, vendedor de coches, exmiembro de una secta.
  • Taisto Rääseikköinen, 25 años, guarda fronterizo, padecía alucinaciones y delirios paranoicos.
  • Alvari Kurkkiovuopio, 40 años, solterón. Cuando van a recogerlo a Kittilä no se suma al grupo porque su tía, que lo tenía tiranizado, había muerto dejándole una gran fortuna con lo que ya no tenía ganas de morir.
  • Topi Ollikainen, guardia en la frontera con Noruega, amigo de Uula Lismanki, no pertenece al grupo ni va con ellos, pero se menciona un par de veces.
  • Ermei Rankkala, casi 60 años. Inspector jefe de la policía secreta. Se pasa el verano siguiendo (aunque sin salir de su país) el rastro de los suicidas por toda Finlandia y otros países europeos.
  • Aulikki Grandstedt, 55 años, mujer de clase alta de Helsinki.


Esta novela fue llevada al cine por el director finlandés Ere Kokkonen en el año 2000 pero lamentablemente no se ha comercializado en España ni se ha traducido al español. A esta película corresponden las imágenes que ilustran este artículo.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La obra de Arto Paasilinna

Paasilinna empezó a escribir obras de ficción a partir de 1975. Ha escrito poesía, teatro y una treintena de novelas. Todavía es, lógicamente, más conocido en Finlandia que en el resto del mundo, pero su obra ya se ha traducido a una treintena de idiomas: a pesar de que él mismo reconoce que no habla nada más que su propia lengua, y que tampoco le gusta aparecer en televisión o que lo fotografíen, sus novelas han hecho reír, o al menos esbozar una sonrisa algo irónica a medio mundo.
En sus novelas, Paasilinna muestra una y otra vez todo eso que él ha vivido: el campo (que se convierte en uno de sus personajes más asiduos), la huida… pero sobre todo se caracterizan por su aire satírico, no con intención de burlarse, sino de hacer una fina crítica de las costumbres extrañas que, pese a involucrarlo a él mismo como finlandés, le son al escritor llamativas.
Sus historias, sus personajes son una prueba de la distancia que el intelectual puede conseguir con la realidad que lo circunda, además, por supuesto, de revelar un gran sentido de la observación.
Lucha contra la superstición y las ‘rarezas’ finesas, pero no con ira, sino con la ironía y la sátira, con un humor que maravilla a los propios finlandeses y que no deja indiferente a los que no conocemos, en profundidad, su cultura de origen.
Paasilinna, demostrando de nuevo ese humor, al mismo tiempo amargo y burlesco, que lo caracteriza, dice que los finlandeses no son más locos que los demás, pero son lo suficiente como para tener sobre qué escribir el resto de su vida.
Ha recibido numerosos premios en Finlandia y en otros países, entre ellos en 1988 el premio Kirjaviisas (en su país), en Francia, el Prix Littéraire Air Inter 1989, y, en Italia, el Giuseppe Acerbi (1994).

En Español se han publicado hasta el momento sólo cuatro de sus obras:

- Delicioso suicidio en grupo (2007) (Hurmaava joukkoitsemurha, 1990)
- El bosque de los zorros (2005) (Hirtettyjen kettujen metsä, 1983)
- El Molinero Aullador (2004) (Ulvova mylläri, 1981)
- El año de la liebre (1997) (Jäniksen vuosi, 1975)

Inma-Moira M.R.

Biografía de Arto Paasilinna

Hablemos un poco sobre la vida de Arto Paasilinna autor de una de nuestras "lecturas estivales": Delicioso suicidio en grupo. Consideramos interesante intentar desvelar algo de la vida de este autor dado que es aún poco conocido en nuestro país pero cuenta ya con un amplio reconocimiento internacional.

Anagrama, en la presentación del autor, dice de él, que es exguardabosques, experiodista y expoeta. Todo en pasado. También añade que es un autor de gran fama en Finlandia. Y poca cosa más. En realidad, es lo que se sabe de Paasilinna en el mundo hispanohablante, porque aunque varias de sus obras se hayan traducido a nuestro idioma, el escritor sigue siendo un, casi, completo desconocido para el lector medio.
Para profundizar un poco, sólo un poco más, en su vida tenemos que recurrir a fuentes inglesas, francesas, italianas, alemanas, y, claro, por supuesto, finlandesas. Lenguas en las que, también, se han traducido sus novelas y en las que el autor aparece un poquito más desvelado.

Arto nació un 24 de abril del año 1942, en Kitila (en la Laponia finlandesa), en pleno éxodo familiar, por ello, en lugar de nacer en una hermosa clínica o en un cálido hogar finlandés, le tocó hacerlo en un camión de refugiados. Las Brigadas rojas rusas invadían su región de origen(Petsamo, en las orillas del Oceáno Ártico, con un acceso maritimo muy deseado por los soviéticos y que acabaría en manos de la URSS un año más tarde). Transcurría la Segunda Guerra Mundial y ya el padre, por aquella época, había roto con su familia, hasta el punto de cambiar el apellido original (Gullsten, ‘piedra dorada’, en sueco) por el de Paasilinna, que en su idioma significa ‘fortaleza de piedra’. Estas circunstancias de huida (de Finlandia, pasaron a Noruega, de Noruega a Suecia, y de Suecia, de nuevo a Noruega para acabar, finalmente en la Laponia) marcarían, sin lugar a dudas, el resto de su vida y, por supuesto, su obra literaria. Paasilinna ha dicho en varias ocasiones, que la huida, a pesar de sus aspectos negativos, tiene también algo de bueno: la huida supone la existencia de una lucha.
Desde los trece años hasta los 20, el joven ejerce un sinfín de profesiones, la mayoría relacionada con el ambiente rural donde vivía (a esto se refiere el exguardabosques de la presentación de la editorial española). De nuevo recurrimos a las propias palabras de Arto, que se autocalifica como un joven de campo, “trabajando la tierra, el bosque, la pesca, la caza, toda esta cultura que se encuentra en mis libros”.
A los 20 años decide volver a los estudios, e ingresa en una escuela pública para adultos, la Escuela de Educación Superior, donde se proponía estudiar periodismo. Aquí estudiará entre 1962 y 1963. Casi simultaneamente, empezará a trabajar en un periódico local lapón: El pueblo lapón (Lapin Kansa). Este momento es lo que él llama su paso del campo a la ciudad. E igual que considera imprescindible en el análisis de su obra, el reconocimiento de su vida rural, también ve que su etapa como periodista, escribiendo ‘artículos serios’, le hicieron ejercitar la pluma para escribir ‘cosas interesantes’.
Hasta 1988, estuvo escribiendo, en ocasiones como simple colaborador, otras formando parte de la plantilla, en diferentes periódicos y revistas literarias (entre otras: en 1964 fue vicedirector del diario Koillissanomat; en 1966 jefe de redacción del Pohjolan, y en 1973 fue nombrado director ejecutivo del Nuoren Voiman Liito).
En lo que se refiere a su vida familiar, está casado con Terttu Annikki Kasper y tiene dos hijos : Jyrki Petteri y Janne, nacidos respectivamente en 1964 y 1967. Vive cerca de Helsinki. Tiene, por otra parte, siete hermanos, cuatro de ellos también escritores (uno de ellos, además, diputado europeo), un médico, un actor y un profesor.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sopa bullavesa y zinnias para una cena con cualquier buen libro



INGREDIENTES: · 1 Kg de pescado, preferiblemente de roca, pero cualquier pescado que no se deshaga al cocerlo puede servir. · 1 cebolla. · 4 tomates sin piel ni pepitas. · el tallo blanco de un ajo puerro. · perejil. · 5 o 6 cucharadas de aceite de oliva. · una pizca de apio. · 3 dientes de ajo. · una pizca de corteza de naranja. · hinojo. · 1 hoja de laurel. · 1 vaso de vino blanco. · según lo grandes que sean una o dos patatas. · 1 cucharadita de pimentón. · unas briznas de azafrán. · sal y pimienta al gusto.

PREPARACIÓN:
Limpiar bien y cortar a trozos el pescado. Rehogar en una cazuela con el aceite la cebolla, los ajos, los tomates, el apio, el puerro, el perejil, la corteza de naranja, el hinojo , la sal, la pimienta y el laurel. Seguidamente añadimos el pescado y lo dejamos al fuego durante unos 2 o 3 minutos. Después cubrimos todo de agua, añadimos el vino blanco y removemos bien. Lo dejamos cocer todo a fuego medio durante unos 20 minutos. Cinco minutos antes, le añadimos el azafrán y le damos el punto de sal. Se puede servir tal cual, pero en Marsella lo que hacen es servir el pescado aparte en una bandeja. Además, pasan por un pasa puré el resto para comérselo como si fuera una sopa. En un plato de sopa ponen una o dos rebanadas de pan, cubren de sopa, un poquito de perejil picado por encima y luego cada uno se añade el pescado que quiera.

lunes, 3 de septiembre de 2007

domingo, 29 de julio de 2007

Lecturas veraniegas

Nos vamos de vacaciones. Descansaremos durante el mes de agosto de nuestras reuniones semanales pero no por ello descansaremos de la lectura. Así que, además de los libros que cada cual quiera meter en su maleta para estas vacaciones, tenemos unas lecturas "recomendadas" sobre las que debatiremos en nuestro Club a partir de septiembre.

Hemos seleccionado dos títulos que se pueden calificar como "de lectura ligera", sin más pretensión que la de entretenernos en nuestros ratos de ocio y hacernos olvidar un poco la canícula. Se trata de "Delicioso suicidio en grupo" de Arto Paasilinna y "Cena con Ana Karenina" de Gloria Goldreich.

Dice la reseña oficial del primero:
Miles de finlandeses se lanzan cada año por un precipicio o inhalan dióxido de carbono del tubo de escape. Precisamente el día de San Juan, la fiesta de principios del verano, Onni Rellonen, un empresario en crisis, decide poner fin a su vida. Pero apenas ha encontrado un granero apartado, unos ruidos lo detienen. Onni salva a otro visitante del granero, el coronel Kemppainen, un viudo que había decidido matarse ese mismo día. Ambos renuncian al común propósito y empiezan a charlar sobre los motivos que les impulsaban. Toman una sauna, beben coñac y empiezan a tutearse, hasta que se rinden ante la evidencia: existe un gran número de candidatos al suicidio. Nace así una larga amistad y la idea de fundar una asociación de aspirantes a suicida. Así, treinta y tres compañeros deciden partir, en un flamante autocar, en busca de un suicidio colectivo digno: cruzarán Europa hasta encontrar el mejor acantilado desde el que lanzarse deliciosamente al vacío.


En la página publicitaria de "Cena con Ana Karenina" su argumento se resume así:
"Y lo peor de todo es que no puedo abandonarlo: están los niños, y tengo obligaciones. Sin embargo, no puedo vivir con él..." Estas palabras pronunciadas por Ana Karenina enseguida cobran sentido para las mujeres que se han congregado en torno a una buena cena y un buen vino para celebrar la primera reunión del año de su club de lectura. Ni del todo amigas, ni del todo extrañas, a todas les une su gran amor por la literatura y los libros. Esa noche, sin embargo, les sorprende profundamente la noticia de que Cynthia, la más envidiada y privilegiada del grupo, anuncia que va a divorciarse de su perfecto marido por motivos que no puede ni quiere revelar. El hecho de que su idílico matrimonio resulte tan vulnerable deja perplejas a las otras mujeres y las lleva a hacer conjeturas sobre lo que ocurrió, pero sobre todo empiezan a replantearse sus propias relaciones de pareja y, en consecuencia, muchas cosas de sus vidas. A lo largo de un año, a través de sus reuniones y sus conversaciones sobre las obras de Tolstoi, Nabokov, Flaubert y Plath, las seis mujeres revelan sus sueños, exteriorizan sus problemas y las verdades que llevan tiempo escondiendo, y al hacerlo tratan de reunir el valor necesario para pasar página en sus vidas.


Esperamos disfrutar de estas lecturas y contároslo a la vuelta de nuestras vacaciones.


domingo, 15 de julio de 2007

Casa Tomada - Cortázar

Corto basado en "La Casa Tomada" de Julio Cortázar

Simbología de la "Casa Tomada"

Como ya habíamos anunciado, comentamos en nuestra última sesión los relatos: "La Casa Tomada" de Julio Cortazar y "La caída de la Casa Usher" de Edgar Alan Poe (trad. Julio Cortazar).
Uno de los puntos importantes del debate fue la simbología de la "casa tomada", a este respecto el propio Julio Cortazar en una entrevista, declaraba:

"Mi interpretación de ese cuento te la puedo decir y ha sido dicho ya en otras entrevistas, es el resultado de una pesadilla. Yo soñé ese cuento, solo que no estaban los hermanos. Había una sola persona que era yo y algo que no se podía identificar me desplazaba poco a poco a lo largo de las habitaciones de una casa, hasta echarme a la calle. Es decir que había esa sensación que tienes en las pesadillas de que es el espanto total, sin que nada se defina, es el miedo en estado puro, algo espantoso va a suceder un segundo después y a veces por suerte te despiertas, casi siempre te despiertas antes de que eso se produzca. Bueno, en ese caso era lo mismo. Había una cosa espantosa que avanzaba indefinible, se traducía por ruidos. Una sensación de amenaza que avanzaban así, entonces yo me iba creando barricadas, hasta que la última puerta era la de la calle y en ese momento me desperté, antes de salir a la calle. Me desperté. Y me acuerdo muy bien que inmediatamente me fui a la máquina de escribir, escribí el cuento de una sentada. Osea que esa es mi lectura del cuento, a ver esa interpretación de que quizá yo estaba traduciendo mi reacción como argentino frente a lo que sucedía en la política no se puede excluir, porque es perfectamente posible que yo haya tenido esa sensación que en la pesadilla se tradujo de una manera fantástica, de una manera simbólica. En realidad cualquier análisis psicoanalítico de nuestros sueños te demuestran que ese terrible león es tu tía Juanita, ¿no es cierto?, y que el gato es tu hermana… se crea toda una simbología de sustituciones, el sueño sustituye una cosa por otra, te lanza a un mundo de símbolos, y bueno hacía falta Freud para explicarlos y los que han venido después. Entonces, a mí me parece válido como posible explicación. No es la mía."

viernes, 13 de julio de 2007

Reseña de "El Palacio de la Luna"

Inma ha publicado una reseña sobre El Palacio de la Luna en "leergratis.com":
Esta novela de Paul Auster, publicada en Nueva York en 1989, tiene como tema central el descubrimiento, en este caso, el descubrimiento de la propia persona. Marco Stanley Fogg es un joven estadounidense que inicia el relato de su vida, justamente, el verano en el que hombre pisó por primera vez la luna.

Y es la luna la que inunda toda su vida, entorno a ella se va a ir moviendo por parte de la geografía de su país y, al mismo tiempo, por su propia geografía.

Para leer toda la reseña, pulsar aquí.

jueves, 12 de julio de 2007

Relatos para un instante

En nuestra sesión de ayer contamos con la visita de una invitada de honor: Carmen Orán, bibliotecónoma, animadora cultural, escritora y, sobre todo, amante de la literatura, de los libros y de la fantasía.
Nos ha obsequiado con su libro Relatos para un instante y nos ha invitado a reunirnos en su casa para comentarlo ampliamente en nuestra próxima sesión.
Aceptamos gustosamente su propuesta e incorporamos este libro en nuestro "repertorio" estival.

martes, 10 de julio de 2007

Cuentos para una tarde de verano

Se aproxima el fin del año académico. El calor y el sol son ya los invitados "forzosos" de nuestras reuniones. Algunas de nosotras piensa ya en sus vacaciones. Es tiempo pues para ir "aligerando" nuestros "deberes" e ir preparándonos para la despedida de esta primera temporada de actividades de nuestro club.
Es por eso que hemos decidido, una vez terminada la lectura y comentario de la novela de Paul Auster, no abordar un nuevo libro que podría merecer más tiempo del que ya disponemos. La opción elegida ha sido entonces seleccionar algunos relatos que iremos leyendo y comentando en nuestras sesiones semanales.
Serán relatos de diferentes autores, épocas y estilos.
Para la próxima sesión la cita será ni más ni menos que con Julio Cortázar (1914-1984) y Edgar Allan Poe (1809-1849). Hemos seleccionado del primero su cuento, ya clásico, "Casa tomada" (1969) y del cuentista estadounidense "La caída de la casa Usher" (1839). Veremos qué tienen en común ambos relatos (más allá del hecho de que la versión elegida del cuento de Poe es la traducción realizada por el propio Cortázar) y qué impresión nos causa su lectura conjunta.

viernes, 6 de julio de 2007

Una nueva socia

Una nueva socia se une a nuestro modesto Club. Bienvenida sea. Espero que disfrute con nosotras de buenos momentos: momentos de lectura, de debate, de reflexión, de risas, de complicidad...
Cuando allá por el mes de febrero iniciamos nuestra travesía eramos sólo 4 las osadas navegantes que nos lanzábamos a esta aventura. Hoy somos 8.
El club crece en todos los sentidos lo que me anima a ser optimista sobre su futuro. Además ¡tenemos tantas cosas por leer...!

jueves, 5 de julio de 2007

El cuento de Navidad de Auggie Wren

Paul Auster en estado puro.

Fragmento de Smoke

He aquí un pequeño fragmento de la película "Smoke" con guión de Paul Auster.

Ya sabéis que no soy ninguna defensora del tabaco pero debo reconocer que, si no hubiera sido por los cigarros, la historia del cine o, mejor dicho, su iconografía habría sido otra muy distinta. El humo de los cigarros es tan importante en algunas películas como la banda sonora.

miércoles, 4 de julio de 2007

Propuestas de reflexión sobre el "Palacio de la luna"

Hemos concluído ya la lectura del "Palacio de la luna", para celebrarlo y para enriquecer de algún modo nuestro contacto con la obra de Paul Auster, hemos decidido ver la película "Smoke", de cuyo guión es autor Auster.
Antes de eso quiero plantear aquí algunos temas para debatir en común o reflexionar en privado. He extraído algunas frases de estudios o artículos sobre otras obras de Paul Auster o sobre el conjunto de su obra y os propongo plantearnos de qué modo están presentes esos temas en nuestro "Palacio de la Luna" y, cuando veamos "Smoke", ver si también Paul Auster ha dejado esas "huellas de estilo" en el guión de esta película.
1º En el artículo "A vueltas con el azar: el retorno de Paul Auster", Daniel Sánchez Peralta afirma:
"La pérdida de un ser querido es un tema recurrente en la obra de Auster y a este hecho le sucede siempre un periodo de desorientación total que lleva a sus protagonistas a dejarse arrastrar por el azar."
Parece evidente que "El Palacio de la Luna" no es ajeno a esta tendencia ¿En qué momentos y de qué modo se manifiesta este tema en esta novela? ¿Cuáles son las pérdidas que experimenta el protagonista?

2º En el mismo artículo se dice:
"La figura paterna existe por ausencia en la obra de Auster y podemos considerarla una de las causas que explican en contadas ocasiones la aparente falta de apoyo familiar de sus personajes."
La importancia de la figura paterna en la novela que nos ocupa es obvia, pero ¿de qué modo la ausencia de esa figura marca al personaje de Marco? ¿Esto determina su carácter y la búsqueda de su propia identidad?

3º Diversos estudiosos señalan la casualidad como elemento narrativo en la obra de Auster. Se dice que es el escritor
"del azar y de la contingencia".
Reflexionemos sobre estos dos temas en "El Palacio de la luna".

4º Más temas recurrentes en Auster y presentes también en "El Palacio de la luna": el viaje, el vagabundeo, el desapego...

5º En función de todo lo anterior y de otras consideraciones que vosotras mismas podáis extraer ¿Cómo describiríais al protagonista de la historia?

6º Qué os parece el estilo de este autor: sus digresiones, historias dentro de otras historias, etc.

Espero vuestros comentarios.

Marua

lunes, 4 de junio de 2007

El arte en el cap. 4º de "El Palacio de la Luna"

Entre las múltiples y ricas referencias culturales que pueblan la literatura de Paul Auster ocupan un lugar destacable las concernientes a la pintura. Ello debe enriquecerse sin duda con las aportaciones de destacados pintores contemporáneos con los que Auster mantiene lazos de amistad. Así es el caso de "El Palacio de la Luna". Auster confesaba en una entrevista en mayo de 1995 (publicada en el "Dossier Paul Auster: la soledad del laberinto" de Gérard de Cortanze) su deuda a este respecto con David Reed:
«Sí. David Reed, un amigo pintor, es la fuente de muchos elementos que aparecen en El Palacio de la Luna. Fue él quien me habló de Blakelock. Es su experiencia como recluta (y no la mía) la que cuento a través del personaje de Fogg. Con él viajé al Oeste, a las montañas del Oeste, a Arizona y Utah, donde vivía... El Palacio de la Luna debe mucho a David Reed.»
Así pues el cuarto capítulo de "El Palacio de la Luna", que en estos momentos estamos leyendo, está plagado de referencias al mundo de la pintura. Es el capítulo en el que se inicia la relación de Fogg con Thomas Effing un viejo paralítico que, en otro tiempo, fue un gran pintor. El mundo de Effing y el relato de su vida que ofrece al joven Fogg están marcados por su condición de pintor. Asimismo el paisaje en que se desarrolla gran parte del relato del pintor es un paisaje también por sí mismo de gran riqueza pictórica.

Veamos pues algunas de estas referencias al arte:

«Había un solo cuadro en la habitación, un grabado grande dentro de un marco negro, que representaba una escena mitológica llena de figuras humanas y de una plétora de detalles arquitectónicos. Más adelante supe que era una reproducción en blanco y negro de una de las tablas de una serie de pinturas de Thomas Cole titulada El curso del imperio, una saga visionaria del esplendor y la decadencia del Nuevo Mundo.»
[Ralph Blakelock. Moonlight]
«Una luna llena perfectamente redonda ocupaba el centro del lienzo -el centro matemático exacto, me pareció- y este pálido disco blanco iluminaba todo lo que había por encima y por debajo de él: el cielo, un lago, un árbol grande con ramas como arañas y las montañas bajas del horizonte. En primer término había dos pequeñas zonas de tierra, separadas por un riachuelo que corría entre las dos. En la margen izquierda se veía una tienda india y una hoguera; parecía haber varias figuras sentadas alrededor del fuego, pero era difícil distinguirlas, eran sólo mínimas sugerencias de formas humanas, unas cinco o seis, enrojecidas por el reflejo de las ascuas de la hoguera; a la derecha del árbol grande, separada de las otras, se veía una solitaria figura a caballo que miraba por encima de la corriente, completamente inmóvil, como perdida en sus pensamientos. El árbol que tenía detrás era unas quince o veinte veces más alto que él y el contraste le hacia parecer enano, insignificante. Él y su caballo no eran más que siluetas, perfiles negros sin profundidad ni individualidad. En la otra margen las cosas eran aún más tenebrosas, casi totalmente sumidas en las sombras. Había unos cuantos árboles pequeños con las mismas ramas como arañas del árbol grande y luego, en la parte inferior, una diminuta mancha de claridad que me pareció podría ser otra figura (tumbada de espaldas, tal vez dormida, tal vez muerta, tal vez contemplando la noche) o tal vez los restos de otra hoguera, no pude llegar a una conclusión. Me entregué de tal modo al estudio de estos oscuros detalles de la parte inferior del cuadro que cuando finalmente levanté la vista para examinar otra vez el cielo, me sorprendió ver lo luminoso que era todo en la mitad superior. Incluso teniendo en cuenta la luna llena, el cielo parecía demasiado visible.»

«-Ralph me dio la idea -dijo-, pero fue Moran quien me convenció de que lo hiciera. El viejo Thomas Moran, con su barba blanca y su sombrero de paja. Vivía en Long Island en aquellos tiempos y pintaba pequeñas acuarelas del estrecho. Dunas y hierbas, las olas y la luz, toda esa faramalla bucólica. Muchos pintores van allí ahora, pero él fue el primero, él inició todo eso. Por eso me puse Thomas cuando me cambié el nombre. En honor suyo...»


[Thomas Moran - Moonlit Seascape 1891]


Marua

viernes, 1 de junio de 2007

¿Que por qué la Luna?

La Luna, Mene, Selene… siempre cambiante, siempre en el tránsito de una fase a la otra, siempre cambiando de lugar y forma, es al mismo tiempo símbolo de tranquilidad, paz y silencio (ese singular silencio que Neil Amstrong contaba haber experimentado al poner su pie por primera vez en la superficie de nuestro satélite); de luz (la luz de la razón) y de misterio (el lado oscuro de la Luna es el del cosmos y el del ser humano).
Ese silencio, esa tranquilidad de la Luna acompañan a Fogg, protagonista de “El Palacio de la Luna” -novela cuya lectura y debate nos ocupan en la actualidad- desde el primer capítulo. En esos primeros momentos de introversión, de ensimismamiento en su propio ser, la luna lo interpela desde las letras de un cartel de neón, como el haz de luz de un faro: es la luz y es el silencio. Es también ese un momento en el que Fogg cae en un dejarse llevar, inerte, por la corriente sin retorno de las circunstancias. La vida es entonces sólo un fluir que le conduce a la autodestrucción. Un fluir que está en la raíz de todo. El cambio es paradójicamente la mayor constante en el cosmos, en nuestras vidas. El propio Fogg nos recuerda en el capítulo 2 a Heráclito, el filósofo griego que defendía que el fundamento de todo está en el cambio incesante, que todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. “Panta réi”, todo fluye.
La causalidad ya no era el oculto demiurgo que gobernaba el universo: abajo era arriba, el último era el primero, el final era el principio. Heráclito había resucitado de su montón de estiércol y lo que tenía que enseñarnos era la más simple de las verdades: la realidad era un yo-yo, el cambio era la única constante.
Así es como Fogg se deja fluir hasta que es salvado, momento en que su vida da un giro completo y se transforma en otra absolutamente distinta.

¿No es ese el mismo proceso de la Luna? ¿No “fluye” continuamente desde la completa luz y blancura hasta la absoluta oscuridad y negritud? ¿No es siempre única pero siempre distinta?
Esta otra cualidad de la vieja Selene acompaña pues al protagonista de esta novela de Paul Auster a partir del momento en que empieza a dejarse llevar por la inercia de los acontecimientos.
Una vez renacido de esa fase, lo vemos sucumbir al amor ¡De nuevo la Luna! De nuevo el símbolo de los enamorados. Selene que enamorada apasionadamente del pastor Endimión, abandona cada noche su trono en el cielo, en el turno que le cede su hermano Helios (el Sol) y a la espera de la llegada de su hermana Eos (la Aurora), e, incumpliendo su deber, baja a la tierra a recostarse dulcemente junto a su amado. Selene, la Luna, eterna compañera e inspiradora de enamorados, presente una vez más en un momento crucial de la vida de Marco Stanley Fogg.
Y de nuevo su vida da un giro, se inicia una nueva fase lunar, una fase que lo lleva a oír la historia de un vagar por un inmenso desierto salado, silencioso, rocoso, rudo, estéril. ¿No es ese un vagar por un territorio que más bien podría decirse de la superficie lunar?


Y aún vamos sólo por el capítulo 4, pero ¿alguien cuestionaría ya el por qué del título de esta novela?

Marua

jueves, 31 de mayo de 2007

El influjo de la luna

Nuestras abuelas contaban que la ropa que se lavaba con luna menguante quedaba más limpia con menos esfuerzo, y en los tiempos en que se lavaba a mano en lavaderos públicos esto era muy útil. Además cuando querían recuperar una planta enferma la podaban radicalmente en la luna nueva.

La creencia popular asocia el aumento de alumbramientos a la luna creciente y también considera que esta fase lunar aumenta el trabajo en los hospitales y en las brigadas de la Policía.

En el ámbito agrícola también se le atribuyen a la luna una serie de fenómenos que no se saben explicar de otra manera. Por ejemplo se dice que si se siembran los ajos en luna nueva, se salen de debajo de la tierra (los escépticos dicen que si se siembran bien hondos no se saldrán); también se dice que si se cortan las cañas en luna llena, en poco tiempo se harán negras y se estropearán enseguida… y así seguiríamos con una larga lista.

Lo cierto es que tenemos más presencia de la luna en nuestras vidas de la que quizá nos demos cuenta. Es muy difícil obviarla en su fase de luna llena, enigmática, brillante, sensual…, pero el resto de los días pasa desapercibida como todo lo cotidiano y a pesar de la indiferencia que de vez en cuando profesamos, la humanidad a lo largo de su historia tiene tanto que deberle… ¿cuántos poetas a lo largo de los tiempos le han cantado a la luna?, ¿cuántos amores se han declarado a la luz de la luna?, ¿cuántos paraísos lejanos y exóticos hemos evocado embriagados por su magia?

Marco Stanley Fogg nuestro protagonista, lejos de ignorarla, vive su vida intensamente condicionada por la existencia del satélite. Está a las puertas de la edad adulta cuando los astronautas americanos ponen el pie en la luna. Contempla el acontecimiento desde la barra de un bar consciente de que, si bien no era el acontecimiento más importante desde la creación, el hombre no había estado jamás tan lejos de casa. Seguro que no imaginó que años después Neil Armstrong en Valencia, (tal vez sea una coincidencia que la Luna en esta ciudad también sea famosa), declararía que el lado oscuro de la luna no es tal, sino “medio clara”, y que su primera sensación fue de “un descanso muy grande, se pudieron quitar los auriculares y disfrutar del silencio”, una sensación placentera que apenas unos pocos pueden narrar al resto de la humanidad.

Marco descubre la espiritualidad contemplando el cartel de un restaurante chino llamado El Palacio de la Luna. El destino, y una compleja red de significantes en torno a la luna, lo lunar y la luz, le llevan a trabajar como lector y acompañante de Thomas Effing, un viejo pintor paralítico. Y escribiendo la biografía de Effing, que éste quiere legar al hijo que nunca conoció, Marco Stanley Fogg descubrirá, en un viaje que le lleva desde el Palacio de la Luna, , a los lunares paisajes del Oeste americano, los misterios de su propio origen, el nombre y la identidad de su padre.

Para otras personas, no obstante, la luna es capaz de “enamorar al toro”, y sacar de sus cabales al hombre lobo, pero de ahí a que lleve a las embarazadas al paritorio nada de nada. Según estas personas la creencia popular, según la cual la luna influye en la conducta humana, carece de fundamento. Para ellas, sólo hay un grupo de seres racionales sobre el que tiene una clara y demostrada influencia, y son las parejas de enamorados, y no pueden descartar que ocurra porque estos individuos sufran algún “trastorno temporal de la personalidad” que nada tiene que ver con el satélite.

Considero el escepticismo un motor de desarrollo de la humanidad, pero a veces pienso que algunos estudios tienen como único propósito despojar al hombre de la opción de explicar lo que no entiende a través de la magia y, sin embargo ¿no es necesario para el ser humano lo maravilloso, lo enigmático, lo inexplicable? Creo que quién no crea que la luna provoca en nosotros muchas más sensaciones de las que pensamos, debería salir a la terraza, contemplarla durante un rato y dejarse seducir por su mágico influjo.

miércoles, 16 de mayo de 2007

El béisbol

Las referencias al béisbol son continuas en la primera parte de "El Palacio de la Luna" . Juegan en ocasiones el papel de contextualizadoras de los acontecimientos y en otras ocasiones son un mero recurso literario.
Mientras examinaba los papeles lleno de reverencia, me miró con lágrimas en los ojos y predijo audazmente que 1969 sería el año de los Cubs. Casi acierta, claro, porque de no haber sido por un bajón al final de la temporada, combinado con el meteórico ascenso de esa chusma de los Mets, seguramente así habría sido.

« Me miré el pecho y vi que llevaba una camiseta de los Mets. La había comprado a principios de año en una venta de ropa usada por diez centavos.
-Ni siquiera me gustan los Mets -dije-. Yo soy de los Cubs. »

[The infamous black cat circles Ron Santo in 1969 at Shea Stadium, just before the "Mircale Mets" write another chapter of the Cubs curse.]

Seguí el espectacular descenso de los Cubs con especial interés, asombrándome de lo rápidamente que el equipo se había desmoronado. Me resultaba difícil no ver paralelismos entre su caída desde lo más alto y mi propia situación, pero no me lo tomaba como algo personal. En el fondo, la buena suerte de los Mets me gratificó bastante. Su historial era aún más abominable que el de los Cubs y presenciar su repentino y absolutamente improbable ascenso des-de las profundidades parecía demostrar que cualquier cosa era posible en este mundo. Esa idea me proporcionaba consuelo.

A propósito de la influencia del béisbol en Paul Auster se cuenta la siguiente anécdota (extraída de aquí):
En 1955, convertido en un aficionado al béisbol, se encuentra en el estadio con Willie Mays, el jugador de los New York Giants.
Why Write?: “Mr. Mays”, dije, “¿podría, por favor, tener su autografo?”(...)

Su respuesta a mi pregunta fue brusca, pero amigable. “Claro, niño, claro”, dijo. “¿Tienes un lapiz?”. Estaba lleno de vida, recuerdo, lleno de energía joven, se movía de un lado a otro mientras hablaba.

Yo no tenía un lápiz, así que la pedí a mi padre el suyo. El no tenía uno tampoco. Tampoco mi madre. Ni, cuando voltee a mirarlos, los demás adultos.

El gran Willie Mays se quedó ahí, mirando en silencio. Cuando fue claro que ninguno del grupo tenía algo con qué escribir, se volteó y encogió los hombros. “Lo siento, niño”, dijo. “Si no tienes lápiz, no puedo darte un autógrafo” Y entonces se fue caminando, fuera del campo, hacia la noche.

Después de esa noche, comencé a cargar un lápiz conmigo a cualquier sitio que iba. Se convirtió en mi hábito nunca dejar la casa sin estar seguro de llevar mi lápiz en mi bolsillo (...)

Si algo me han enseñado los años ha sido esto: si hay un lápiz en tu bolsillo, existe una buena posibilidad de que algún día te sientas tentado a usarlo. Como me gusta decirle a mis niños, así fue como me convertí en un escritor”.

martes, 15 de mayo de 2007

Cadena de curiosidades

Abrimos la cubierta, pasamos la portada, una página más y ¡zas! He aquí la dedicatoria. Primera sorpresa, este libro, en el que un hombre que no ha conocido nunca a su padre se verá arrastrado por el destino al conocimiento de sus orígenes, está dedicado por su autor a Norman Schiff, su padrastro, con quien se había casado su madre tras divorciarse de Samuel Auster.
Cuentan las biografías “oficiales” que fue por mediación de él por lo que Paul consiguió un trabajo en un barco petrolero de la Esso para trabajos variados.
Eso ocurrió aproximadamente (yo no soy una “biógrafa oficial”, así que perdonen mi inexactitud) en torno a los años 1969 o 1970, fechas en las que precisamente se ambienta el inicio del relato de “El Palacio de la Luna”.
Quizá no sea un dato relevante, pero da que pensar.
Supongo que Norman Schiff debió ser en la época una persona de gran ascendencia en la vida del joven Paul, así como también debió serlo su tío Allen Mandelbaum cuya biblioteca empieza a leer el futuro novelista cuando contaba sólo 10 años. Allí descubrió a autores como a Fyodor Dostoyevsky, así como su propia vocación. Se dice que desde entonces Paul Auster ya estaba seguro de que quería ser novelista.
No son extraños pues los matices dostoievkianos con los que Paul Auster tiñe la decadencia voluntaria en la que se sume su protagonista M.S. Fogg en el primer capítulo de esta novela.
Tampoco parece una casualidad que el pariente que más ha marcado la infancia y la juventud de Marco Stanley Fogg haya sido su tío Victor quien, por toda herencia, le deja una montaña de cajas de libros (¿transmutación de la biblioteca del tío de Auster en la que él se inició en la pasión por la literatura?).
Habitualmente no tengo esta tendencia a permitir a mis pensamientos saltar desde la realidad biográfica de un autor a la ficción novelada de sus personajes, pero con Paul Auster ¿quién puede resistirse? ¿Dónde está el límite entre lo uno y lo otro?

Marua

lunes, 7 de mayo de 2007

El principio de todo

Y en el principio, el todo. Así puede afirmarse de esta novela. Paul Auster inicia “El Palacio de la Luna” con un largo párrafo en el que se sintetiza todo lo que desde ahí ocurrirá:

Fue el verano en que el hombre pisó por primera vez la luna. Yo era muy joven entonces, pero no creía que hubiera futuro. Quería vivir peligrosamente, ir lo más lejos posible y luego ver qué me sucedía cuando llegara allí. Tal y como salieron las cosas, casi no lo consigo. Poco a poco, vi cómo mi dinero iba menguando hasta quedar reducido a cero; perdí el apartamento; acabé viviendo en las calles. De no haber sido por una chica que se llamaba Kitty Wu, probablemente me habría muerto de hambre. La había conocido por casualidad muy poco antes, pero con el tiempo llegué a considerar esa casualidad una forma de predisposición, un modo de salvarme por medio de la mente de otros. Esa fue la primera parte. A partir de entonces me ocurrieron cosas extrañas. Acepté el trabajo que me ofreció el viejo de la silla de ruedas. Descubrí quién era mi padre. Crucé a pie el desierto desde Utah a California. Eso fue hace mucho tiempo, claro, pero recuerdo bien aquellos tiempos, los recuerdo como el principio de mi vida.

lunes, 30 de abril de 2007

El Palacio de la Luna

En la última sesión de nuestro club se decidió que la lectura que nos ocupará durante las próximas semanas será la del libro "El Palacio de la Luna" (1989) de Paul Auster.

Aquí os dejamos un pequeño video inspirado en esta novela.


viernes, 27 de abril de 2007

¿Happy End?

Hemos finalizado un nuevo libro. Otro más en el haber de nuestro club que, poco a poco, va creciendo y madurando como los niños a los que se les quiere y se les mima desde el principio.
Caperucita en Manhattan ha supuesto para algunas de nosotras un reencuentro con anhelos de la infancia, con ese ansia de independencia que tenemos de niños vista con la ingenuidad característica de los primeros años.
Esta vez la Caperucita reflejada en la historia por Martín Gaite se manifiesta como una niña madura, absolutamente respetuosa con la privacidad de los demás (intimidad de la que ella se ve privada por su madre en un esfuerzo por sobreprotegerla), que entiende inmediatamente el momento en el que se encuentra su abuela mientras baila con un antiguo admirador. ¿No sería este un final maravilloso para nuestra historia? Podría ser, sin embargo eso hubiera supuesto dejar a Caperucita sin una merecida recompensa. Hubiera sido un final propio del cine al que tantas referencias ha hecho la autora en este libro, aunque brindar un homenaje tan exacerbado al celuloide habría dejado huérfana la esencia de la historia.
El "happy end" por el que opta Carmen Martín Gaite no podía por menos que recompensar la intensidad con la que vive Sara su historia. Finalmente, tras sus aventuras con la abuela, con el "lobo" Mr. Woolf, que sin ser tal, bien pudiera serlo por su descripción física, y por supuesto con el hada "coadyuvante" Miss Lunatic, Sara Allen decide plantarle cara a todos sus miedos y aplicar la enseñanza transmitida por Miss Lunatic, viviendo su aventura plenamente y lanzándose al vacío con todas las consecuencias.
Nos han quedado muchos asuntos pendientes, quizás podríamos haber reflexionado sobre la soledad a la que se enfrentan todos los personajes, sobre el miedo a la libertad y sobre el peligro que supone el ser humano para sí mismo. Estos temas están aquí y siguen pendientes de reflexión, por lo que algún día, a lo mejor, podemos releer este cuento maravilloso, sin prisa, como haría Miss Lunatic.

miércoles, 25 de abril de 2007

Mucho gusto, Miss Lunatic


Miss Lunatic es una mujer muy vieja, vestida con harapos que aparece por las calles de Manhattan cuando empieza a oscurecer. Sabe leer la palma de la mano, pero realmente su gran pasión es recoger gatos sin dueño para buscarles un hogar y ayudar a los desesperados a encontrar la fe y a descubrir la razón de su malestar. Quizás el alter ego de Carmen Martín Gaite, Miss Lunatic fascina por su disponibilidad ante la vida, posiblemente la misma de la que hizo gala su madre literaria. Está dispuesta a vivir el momento aunque aparentemente le ofrezca algo menos valioso. Es un personaje que llena de esperanza. Presenta un modelo de vida completamente diferente al que estamos obligados a vivir y de hecho vivimos. Miss Lunatic es el paradigma de la renuncia a las cosas superficiales. Es valiente y en este cuento, al igual que entrega a Sara la moneda de cobre, nos deja a nosotros los lectores otra "moneda-llave": en la vida podremos encontrar laberintos tortuosos pero podemos salir. Su enseñanza es que "quien no ama la vida, no encuentra el camino" (pág.180).

Sara Allen es una niña verdaderamente afortunada por conocerla y por ser la portadora de su secreto. Sara supo ver con los ojos del alma, lo más profundo de la personalidad de Miss Lunatic que, escondida bajo un sombrero de alas tan anchas que apenas dejan verla, oculta un rostro reflejo de la espontaneidad, de la independencia, de la franqueza, de la sencillez, de la osadía... y que sólo pudo ver quién, detrás de una mirada cándida, encubría unos irrefrenables deseos de libertad.


¿A qué llaman vivir?

Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald... Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar... y vivir es reírse...

Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite