miércoles, 21 de febrero de 2007

El jardinero fiel

El primer libro que hemos leído ha sido "El Jardinero fiel" de Clarissa Pinkola Estés. Con esta historia bondadosa sobre los cuentos y este cuento mismo, reflexionamos sobre qué es aquello que jamás debe morir para cada una de nosotras. La ilusión de seguir creciendo, disfrutar de las pequeñas cosas que la vida ofrece, mantener proyectos de futuro... han sido algunas de las conclusiones.
De esta escueta pero consistente lista nos ha sorprendido la ausencia del amor, y esto ha provocado una reflexión paralela, ¿por qué no ha aparecido como tal? Es que finalmente, ¿para ninguna de nosotras es importante el amor?. Por supuesto que es importante, si bien no lo es la palabra en sí misma, como elemento ineludible de una descripción de objetivos de vida, vacía de contenido y en abstracto, pero en definitiva todo aquello que jamás debe morir es una concreción del amor. Es este amor concreto, el amor como motor de la existencia, el amor hacia las demás personas, hacia uno mismo, como motivación de crecimiento personal, lo que da sentido a nuestra vida.
Es el amor contínuo por la vida, sea cual sea la que nos haya tocado vivir, y por todos los momentos que la componen, aquello que jamás debe morir, porque incluso de los momentos aparentemente desfavorables se pueden sacar enseñanzas, y en cualquier caso aunque el camino cambie, siempre continúa por algún sendero, y lo que nos depare de nuevo puede hacernos dichosos incluso más de lo que éramos antes, pero esto nadie lo puede saber. Por eso sólo la receptividad y el amor hacia lo que la vida pueda depararnos puede darnos la felicidad.

"¿Qué es aquello que jamás puede morir?
Es aquella fuerza fiel que nace en nuestro interior,
la que es más grande que nosotros,
la que atrae la nueva semilla hacia los lugares abiertos, maltrechos y estériles
de tal manera que pueda volver a arraigar en nosotros.
Esta fuerza, en su insistencia, en su lealtad a nosotros,
en su amor por nosotros, en su acción casi siempre misteriosa,
es mucho más grande, mucho más majestuosa
y mucho más antigua
que cualquier otra fuerza que jamás se haya conocido"

"El jardinero Fiel" Clarissa Pinkola Estés



martes, 20 de febrero de 2007

Punto de partida: nuestro decálogo.

En el momento de dar inicio a la andadura de este Club de Lectura viene a nuestra mente el libro de Daniel Pennac "Como una novela". Pennac inicia este libro sobre el hábito de la lectura con las siguientes palabras:
El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo “amar”…, el verbo “soñar”…
Hacemos nuestras estas palabras, pues para nosotras la lectura es una fuente de entretenimiento, diversión, aprendizaje, etc. pero nunca una obligación impuesta. Partiendo de esta premisa nos comprometemos (no como una obligación sino como un libérrimo compromiso personal) a leer conjuntamente los libros que se vayan acordando y a reunirnos una vez a la semana para comentarlos, debatir, charlar sobre ellos y todo lo que se tercie.
Los libros propuestos unas veces serán más del gusto de unas que de otras pero todas los leeremos.
Pero para que esto funcione hacemos nuestro el decálogo de los "Derechos imprescriptibles del lector" que el propio Pennac establece en el libro citado. A saber:
Los Derechos Imprescriptibles del Lector
1) El derecho a no leer.
2) El derecho a saltarnos las páginas.
3) El derecho a no terminar un libro.
4) El derecho a releer.
5) El derecho a leer cualquier cosa.
6) El derecho al bovarismo*.
7) El derecho a leer en cualquier sitio.
8) El derecho a hojear.
9) El derecho a leer en voz alta.
10) El derecho a callarnos.
[* El bovarismo, según Pennac, es, a grosso modo, "esa satisfacción inmediata y exclusiva de nuestras sensaciones" que nos provoca la lectura de un libro no importa qué tipo de libro sea, ni si alguien nos dice que eso no es "literatura de verdad".]
Cada una de nosotras es libre de saltarse las páginas que quiera de los libros que leamos en este Club, así como de no llegar a su término si realmente no le parece interesante o no disfruta con esa lectura. Pese a lo cual seguirá acudiendo a las reuniones del club y participando en sus debates, aunque sólo sea para manifestar que ha sido incapaz de terminarlo, o que le aburre como una ostra.
Siguiendo con las citas de nuestro "inspirador" Pennac:
“La gran novela que no se es capaz de terminar no es necesariamente más difícil que otra..., existe entre ella y el lector una reacción química que no funciona.”
Aún así, nuestro propósito es que la lectura sea para todas nosotras un deleite y además un deleite compartido.