
De esta escueta pero consistente lista nos ha sorprendido la ausencia del amor, y esto ha provocado una reflexión paralela, ¿por qué no ha aparecido como tal? Es que finalmente, ¿para ninguna de nosotras es importante el amor?. Por supuesto que es importante, si bien no lo es la palabra en sí misma, como elemento ineludible de una descripción de objetivos de vida, vacía de contenido y en abstracto, pero en definitiva todo aquello que jamás debe morir es una concreción del amor. Es este amor concreto, el amor como motor de la existencia, el amor hacia las demás personas, hacia uno mismo, como motivación de crecimiento personal, lo que da sentido a nuestra vida.
Es el amor contínuo por la vida, sea cual sea la que nos haya tocado vivir, y por todos los momentos que la componen, aquello que jamás debe morir, porque incluso de los momentos aparentemente desfavorables se pueden sacar enseñanzas, y en cualquier caso aunque el camino cambie, siempre continúa por algún sendero, y lo que nos depare de nuevo puede hacernos dichosos incluso más de lo que éramos antes, pero esto nadie lo puede saber. Por eso sólo la receptividad y el amor hacia lo que la vida pueda depararnos puede darnos la felicidad.
Es el amor contínuo por la vida, sea cual sea la que nos haya tocado vivir, y por todos los momentos que la componen, aquello que jamás debe morir, porque incluso de los momentos aparentemente desfavorables se pueden sacar enseñanzas, y en cualquier caso aunque el camino cambie, siempre continúa por algún sendero, y lo que nos depare de nuevo puede hacernos dichosos incluso más de lo que éramos antes, pero esto nadie lo puede saber. Por eso sólo la receptividad y el amor hacia lo que la vida pueda depararnos puede darnos la felicidad.
"¿Qué es aquello que jamás puede morir?
Es aquella fuerza fiel que nace en nuestro interior,
la que es más grande que nosotros,
la que atrae la nueva semilla hacia los lugares abiertos, maltrechos y estériles
de tal manera que pueda volver a arraigar en nosotros.
Esta fuerza, en su insistencia, en su lealtad a nosotros,
en su amor por nosotros, en su acción casi siempre misteriosa,
es mucho más grande, mucho más majestuosa
y mucho más antigua
que cualquier otra fuerza que jamás se haya conocido"
Es aquella fuerza fiel que nace en nuestro interior,
la que es más grande que nosotros,
la que atrae la nueva semilla hacia los lugares abiertos, maltrechos y estériles
de tal manera que pueda volver a arraigar en nosotros.
Esta fuerza, en su insistencia, en su lealtad a nosotros,
en su amor por nosotros, en su acción casi siempre misteriosa,
es mucho más grande, mucho más majestuosa
y mucho más antigua
que cualquier otra fuerza que jamás se haya conocido"
"El jardinero Fiel" Clarissa Pinkola Estés