miércoles, 3 de octubre de 2007

Avanzando con Athena

Esta semana hemos avanzado en la lectura del libro "La bruja de Portobello". Hemos sobrepasado ya al ecuador de esta novela de Paulo Coelho y algunos de los temas sobre los que reflexionábamos más abajo, al inicio de nuestra lectura, empiezan a tener un nuevo sentido. En nuestro debate de ayer algunas posturas se moderaron, acercándose las que parecían estar en extremos más opuestos, en otros casos la visión sobre distintos aspectos del libro (personaje, temas, técnicas literarias, etc.) seguía siendo la misma que en nuestros debates precedentes.



[Artículo en redacción. Seguiré escribiendo en breve pero, entre tanto, os agradecería que dejárais vuestros comentarios e impresiones especialmente sobre esta parte concreta del libro]

Imágenes: Arriba izquierda: Sibiu, Transilvania (Rumanía)
Sobre estas líneas, derecha: Dubai (Emiratos Árabes Unidos)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro día creo que la mitad de las cosas que dije se perdieron en una de esas burbujas cibernéticas que son tan comunes en nuestras comunicaciones.
Como soy muy insistente y, aunque no dijera mucho nuevo, me gustaría comentaros, de nuevo, algunos de los puntos que me llamaron la atención de esta parte.
En primer lugar, me parece que la figura misma de Athena no ha cambiado mucho, sigue estando en una nebulosa, sabemos de ella lo que los entrevistados quieren que sepamos (y el narrador, claro, porque podría habernos puesto las opiniones de cada uno, completas y seguidas y así sabríamos todo de una vez, pero claro, no es esa la intención del narrador, que quiere ir provocando cierta intriga con eso de la muerte misteriosa de Athena y con otras cosillas que nos va metiendo aquí y allá). Athena sigue siendo una mujer en busca de algo, que ni ella misma sabe bien de qué se trata. Antes era la religión católica, ahora parece inclinarse hacia esa 'Gran Madre', que por otra parte es una figura muy poco original en la literatura (pero como bien me hizo notar Ana, eso es un rasgo literario y de lo que se trata aquí es de analizar otra cosa, no obstante os aconsejo que leáis algo de Robert Graves sobre el tema, yo quería poner un fragmento de un ensayo que se llama así, la Gran Madre, pero ahora se me ha traspapelado el libro en el que lo tenía y no lo encuentro, cuando aparezca, os lo pondré). el caso es que sigue siendo para mí, una mujer corriente con una gran carga espiritual, pero que no descuida, para nada, lo material de la vida, por eso no desecha la oportunidad de vender hasta el último grano de arena de Dubai. Esta Athena vendedora y empresaria deja, a mi parecer, bastante mal parada a la otra Athena espiritual y mística. son ambas caras de una misma persona y es, precisamente, esto lo que la hace ser corriente y moliente.
aunque esto empiece a ser largo, no quiero dejar de comentar también la impresión que me dio algunas cosillas más, por ejemplo, ese personaje director de banco, un poco ridículo (o ridiculizado), no sé si por el hecho de dedicarse a las finanzas, si es por eso, creo que ha sido un error del autor, porque luego ha puesto a su personaje central dedicándose a una profesión bastante poco romántica, la de especuladora de terrenos. El caso es que el director del banco acaba siendo una especie de payaso, y otro detalle relacionado con él, ¿a qué viene el relato ese del presidente sobre los valores de la vida? muy interesante, pero me parece que no aporta nada a la historia.
Otra cosilla, ¿no os parece demasiado odiosa la actriz de teatro? imagínaos que vuestro novio os recomienda a una desconocida para que os dé clase de no sé sabe bien qué, y que os deis cuenta que el muchacho tiene mucho (demasiado) interés en la otra, ¿no os mostraríais hacia ella algo celosas?
El asunto ese del maestro que une de una forma misteriosa a la madre de Athena y a Edda, además de parecer una comedia de enredos, me parece que tiene sentido si vemos que es una forma de identificar a la madre biológica con la madre espiritual. Ambas estaban guiadas por el mismo hombre, eso las hace tener puntos comunes y las une.
Hay algunas cosillas más, pero lo dejo para otra ocasión.
Saludos, Inma M.R.

Anónimo dijo...

El comentario de Moira me parece muy acertado, coincido practicamente en todo con ella. La actriz de teatro no me parece tan odiosa porque tampoco hacia Athena he sentido demasiada simpatía, lo que me parece muy simplista por parte del autor es la manera en que resuelve la relación entre las dos, Andrea y Athena (los nombres tienen cierta sonoridad común, tipo Jing y Jang, como si una fuera la cara y otra la cruz de una misma moneda). Lo que quiero decir con simplista es que con lo complicadas que son las relaciones humanas y más aún entre mujeres que tienen una rivalidad clara en cuanto a personalidad,un tema de celos de por medio, etc. termine estableciéndose entre ellas con total normalidad esa relación profesora-alumna y además aventajada. Respecto a lo del director del banco también lo veo un poco ridículo sobre todo intentando explicar lo inexplicable desde un punto de vista serio a todo aquel grupo de ejecutivos de banca. Por otro lado coincido con Moira en que el narrador siempre he pensado que podía ser el mismo periodista, pero como ella tendré que esperar a terminar el libro.